Reflexión: Cuando las mujeres quieren a los hombres

Titulo: Cuando las mujeres quieren a los hombres.
Autor: Rosario Ferré
Entrada: 10
Reflexión: En la obra Rosario Ferré utiliza una figura doble pues Isabel la Negra e Isabel Luberza son una misma persona. Esta figura doble se determina por la posición social que ocupan: la prostituta y la dama de sociedad. En la obra apreciamos un constante vaivén que en algún momento provoca la confusión entre ambos personajes con lo que respecta a los discursos y aspectos físicos. Este constante vaivén provoca que se difuminen ambas figuras. La técnica utilizada por la autora nos muestra los estereotipos que marcan las oposiciones sociales por ejemplo cuando se habla de la esposa como “económica y limpia pero sobre todo un dechado de honestidad” en contradicción a la prostituta quien se encarga de darle placer a los hombres y carece de honestidad. Tenemos a Isabel la negra como si fuera la tentación y a Isabel Luberza como la mujer pura. Isabel Luberza representa en su totalidad a la mujer sumisa, ama de casa que solo sirve a su marido y es utilizada en el sexo solo para procrear. En cambio Isabel la Negra es la mujer independiente, fuerte que toma el control total sobre el hombre y que utiliza su sexualidad para dar placer a cambio de dinero. Ambrosio es el típico machista que no se conforma con una sola mujer pues mientras más tenga más macho es. Ambrosio es el causante en parte de que ambas figuras se fusionen pues la figura de Isabel Luberza quería ser como Isabel la negra a tal punto de que utilizaba el mismo color de pintura en las uñas e Isabel la negra deseaba ser como la otra Isabel por lo que llevaba la trenza alrededor del cuello como lo hacia la otra Isabel.

P.D.
Cuando leí este cuento recordé las historias que mi bisabuelo me contaba los domingos en la tarde acerca de Isabel la Negra cuyo nombre real era Isabel Luberza Oppenheimer, mujer a la cual él consideraba una heroína de la sociedad. Mi bisabuelo tuvo la oportunidad de conocerla pues él nació en el 1920 en el barrio San Antón de Ponce. El burdel de Elizabeth como era conocido en aquel entonces existía probablemente desde los años 30 hasta los 60.